Lleve a Melky al poblado de Jerez a visitar a su pariente La Tía Helena, ahí Melky con pose de observador experto, pregunta por un cuadro que se encontraba colocado en el patio, …“¡que bonito cuadro! ¿Cómo lo obtuvo?”... …“Una señora, necesitada de dinero nos lo vendió, no le encontramos un lugar en la recamara y lo pusimos ahí por mientras” le responden, volteo curioso por saber sobre ese objeto que le llamo tanto la atención… “¡Dios mío, que cuadro tan espantoso!”, pensé, -admito que no soy amante de las antigüedades-, me levante para acercarme a verlo mas en detalle. Supongo que Melky malinterpreto mi asombro, pues me pregunta de manera elitista… “¿que miras?”, a lo que respondo desviando mi desagrado “estoy viendo el marco, pues hoy en día no se hacen marcos ovalados”, y efectivamente veía el marco, pero no el marco en general sino las marcas despostilladas que eran… ¿blancas?. No se trataba de un marco de madera labrado, le di unos pequeños golpecitos tratando de descubrir su material, supongo un material plástico como resina o cerámica teñida para dar la apariencia de madera antigua, Mientras tanto Melky comenta su agrado e intenta convencerlos de que se lo vendan. Al acercarme mas para mirar la imagen pude ver la trama de roseta de los cuatro colores CMYK hecha por el offset, se trataba de un poster de una mala fotografía tomada a un hilorama de una virgen, “Bueno, me dije si eso le gusta... pues cada quien sus pinches gustos”, en eso el esposo de la Tía Helena le dice “me gustaría llevarlo a que lo retoquen” y pensé que el experto impresor (ya que Melqui fue dueño de una imprenta) haría patente la naturaleza del cuadro, pero en lugar de eso respondió... “si, pero se requiere de expertos que sepan, mi hijo (una persona doctorada en artes visuales) se llevo un cuadro antiguo de aquí y al llevarlo con un restaurador profesional le comentaron que se trataba de un cuadro importante…". Al final nuestro ficticio experto anticuario Melky los convenció de la venta y al llegar a casa me pidió que le ayudara a poner el cuadro en la parte alta de las escaleras. La falsedad del cuadro me lleva a pensar acerca de que la realidad de una idea o un objeto, cambia dependiendo del conocimiento de quien la mire y mientras algunos pasaran persignándose ante la imagen sin cuestionar nada a mí solo me hace recordar cuando estaba en la primaria, como mi madre a regañadientes me señalaba personas que tuvieron poca escolaridad y me decía… “si no vas a la escuela y estudias acabaras igual que él”.
Lleve a Melky al poblado de Jerez a visitar a su pariente La Tía Helena, ahí Melky con pose de observador experto, pregunta por un cuadro que se encontraba colocado en el patio, …“¡que bonito cuadro! ¿Cómo lo obtuvo?”... …“Una señora, necesitada de dinero nos lo vendió, no le encontramos un lugar en la recamara y lo pusimos ahí por mientras” le responden, volteo curioso por saber sobre ese objeto que le llamo tanto la atención… “¡Dios mío, que cuadro tan espantoso!”, pensé, -admito que no soy amante de las antigüedades-, me levante para acercarme a verlo mas en detalle. Supongo que Melky malinterpreto mi asombro, pues me pregunta de manera elitista… “¿que miras?”, a lo que respondo desviando mi desagrado “estoy viendo el marco, pues hoy en día no se hacen marcos ovalados”, y efectivamente veía el marco, pero no el marco en general sino las marcas despostilladas que eran… ¿blancas?. No se trataba de un marco de madera labrado, le di unos pequeños golpecitos tratando de descubrir su material, supongo un material plástico como resina o cerámica teñida para dar la apariencia de madera antigua, Mientras tanto Melky comenta su agrado e intenta convencerlos de que se lo vendan. Al acercarme mas para mirar la imagen pude ver la trama de roseta de los cuatro colores CMYK hecha por el offset, se trataba de un poster de una mala fotografía tomada a un hilorama de una virgen, “Bueno, me dije si eso le gusta... pues cada quien sus pinches gustos”, en eso el esposo de la Tía Helena le dice “me gustaría llevarlo a que lo retoquen” y pensé que el experto impresor (ya que Melqui fue dueño de una imprenta) haría patente la naturaleza del cuadro, pero en lugar de eso respondió... “si, pero se requiere de expertos que sepan, mi hijo (una persona doctorada en artes visuales) se llevo un cuadro antiguo de aquí y al llevarlo con un restaurador profesional le comentaron que se trataba de un cuadro importante…". Al final nuestro ficticio experto anticuario Melky los convenció de la venta y al llegar a casa me pidió que le ayudara a poner el cuadro en la parte alta de las escaleras. La falsedad del cuadro me lleva a pensar acerca de que la realidad de una idea o un objeto, cambia dependiendo del conocimiento de quien la mire y mientras algunos pasaran persignándose ante la imagen sin cuestionar nada a mí solo me hace recordar cuando estaba en la primaria, como mi madre a regañadientes me señalaba personas que tuvieron poca escolaridad y me decía… “si no vas a la escuela y estudias acabaras igual que él”.
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Octubre 2014
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